Cómo saber qué tipo de piel tengo
¿Cuántas veces nos han preguntado nuestro tipo de piel para recomendarnos una crema hidratante o un maquillaje y no hemos sabido responder? Conocer nuestra piel es el paso más importante para poder cuidarla correctamente. Lo que funciona en determinadas pieles, sobre otras puede generar el efecto que justamente estábamos intentando evitar.
Es por eso que los productos cosméticos especifican para qué tipo de piel es efectivo ese tratamiento. En este post te explicamos cómo saber cuál es tu tipo de piel para que puedas entender qué necesita y encontrar los productos perfectos para ti.
Conociendo tu tipo de piel
Cada tipo de piel tiene unas características propias. Aunque el tipo de piel viene determinado genéticamente, con los años tanto factores externos como internos pueden provocar que nuestra piel cambie. El clima, el estrés, los hábitos alimentarios y los cambios hormonales, entre otros muchos, pueden hacer que varíe.
Tipos de piel
Aunque cada piel es diferente y única podemos englobarlas todas en cinco grandes grupos: piel seca, normal, grasa, mixta y sensible. Pero, ¿cómo puedo saber si mi piel es grasa o seca? ¡Muy fácil! Estas son las características de cada una de ellas:
Piel seca
La piel seca, al carecer de lípidos y absorber menos hidratación, suele estar tirante y falta de brillo. Su aspecto se caracteriza por ser áspero y descamado, e incluso puede tender a picar. Además, este tipo de pieles son mucho más susceptibles a los factores ambientales y los cambios de temperaturas, ya que suelen reaccionar irritándose; así como al paso del tiempo, pues son más propensas a la formación de arrugas y líneas de expresión por la falta de elasticidad.
Piel grasa
La piel grasa, por el contrario, produce más sebo del necesario y como consecuencia puede presentar brillos, impurezas, poros agrandados y visibles, puntos negros, espinillas e incluso acné. Por todo ello, se trata de uno de los tipos de piel más fáciles de reconocer. Los cambios o desequilibrios hormonales, el estrés, la genética o ciertos medicamentos suelen ser los causantes del exceso de sebo.
Piel mixta
La piel mixta suele ser la más frecuente. Se caracteriza por ser una combinación de las dos anteriores: seca y grasa. Normalmente, en la llamada zona T (frente, nariz y barbilla) hay brillos, poros e impurezas debido a una hiperproducción de sebo; mientras que en las mejillas y el contorno de ojos la piel suele ser entre normal y seca por la falta de sebo y, por tanto, de lípidos.
Piel normal
La piel normal es aquella que muestra un buen equilibrio. Ni brilla ni muestra tirantez, sino que es suave y elástica. Tiene buena circulación sanguínea, los poros suelen ser pequeños y no presenta impurezas. La textura de este tipo de piel es firme, aterciopelada y no es propensa a la sensibilidad.
Piel sensible
Podríamos decir que se trata más de un estado de la piel que de un tipo, ya que todos en cualquier momento podemos tener la piel sensible por determinados factores. Sin embargo, algunas personas tienen un problema permanente de sensibilidad. El estrés, la contaminación, las temperaturas, la sequedad ambiental, las radiaciones o ciertos productos cosméticos y de cuidado de la piel pueden provocar rojeces, tirantez, sequedad y picor a este tipo de pieles.
Seguro que tras leer las características has identificado rápidamente cuál es la tuya. Gracias a conceptos como saber tu tipo de piel te será más fácil mimarla y cuidarla, pues reconocerás rápidamente lo que necesita y podrás aplicarte productos específicos para tu piel.