piedras pómez
El origen volcánico de las piedras pómez hace que sean un producto muy poroso, de baja densidad y con numerosas cavidades. Su efecto más sobresaliente es la abrasividad, lo que la convierte en ideal a la hora de exfoliar la piel, ayudando a eliminar durezas, callos y pieles muertas. De esta manera, se obtiene una piel mucho más suave y lisa.
Ventajas de usar piedras pómez
A nivel estético, se trata de un artículo que ofrece numerosos beneficios para la epidermis. Entre ellos destacan:
- Exfoliación. Es el único producto que realmente elimina las durezas y los callos dejando unos pies cuidados y sedosos.
- Depilación. Asimismo, elimina de forma natural el vello corporal. Para utilizarla con este objetivo, hay que humedecer y enjabonar la piel y después pasar la piedra pómez con movimientos suaves.
¿Cómo se usan las piedras pómez?
Se trata de un elemento muy sencillo de utilizar y que no se debe compartir con nadie, por muy bien que se limpie después de su uso.
- Antes de empezar, se debe lavar muy bien la zona del cuerpo en la que se vaya a emplear.
- Hay que considerar el tipo de piel sobre la que se va a usar, ya que no será lo mismo hacerlo en el talón del pie que en una zona de la cara. En este último caso, no se debe pasar tan fuerte como se haría en los pies.
- Humedecerla. Para que se deslice bien por la piel es necesario sumergirla unos minutos en agua caliente.
- Frotar con suavidad. Hay que pasar la piedra por la zona elegida con movimientos circulares, suaves y sin hacer presión. De esta manera, se podrá observar que va cayendo la piel dura y aparece otra nueva. Hay que insistir en aquellas áreas en las que se acumula piel seca, como en los pies o en los codos.
- Enjuagar. Se lava la zona y si es necesario, se repite el proceso hasta terminar con todas las durezas. Se puede utilizar hasta tres veces a la semana y siempre superficialmente.
- Hidratar. Después de haber exfoliado las durezas, se seca la zona y se hidrata para que las durezas no vuelvan a aparecer, al menos rápidamente.
- Lavar al finalizar. Cada vez que se use, la piedra va a sufrir un desgaste, por eso hay que dar la vuelta para aprovechar sus dos lados. Al terminar, es necesario lavarla muy bien para que continúe siendo efectiva. Para ello, se puede usar un poco de agua y algún desinfectante. Es la manera de evitar que se reproduzcan las bacterias que aparecen por la humedad y las células vivas de las durezas de la piel, una combinación ideal para que los microorganismos sobrevivan.
Nuestras piedras pómez están elaboradas con ingredientes de calidad que ayudan a eliminar durezas y callosidades de forma suave para lucir una piel suave y lisa en cualquier parte del cuerpo. En ningún caso irritan, ya que tienen un pH neutro y no resultan tóxicas, además de ser dermatológicamente seguras y bacteriostáticas.